Vivimos en sociedad, no en soledad. Estamos hechos para la relación y el encuentro. Entonces… ¿por qué aprovechar una jornada de silencio? Aunque no estemos solos, nuestra principal responsabilidad es aprender a escucharnos, a ser mejores amigos de nosotros mismos, a vivir desde nuestro centro, nuestro verdadero ser.
Y eso no se puede conseguir desde el ruido, el estrés y las prisas. Estamos instalados en la superficialidad y la periferia; os proponemos adentrarnos en la profundidad del propio centro.
El silencio no es un fin; es el medio necesario para encontrarnos, saber quiénes somos y qué necesitamos de verdad. Si perdemos la capacidad de silencio podemos quedar instalados para siempre en la distorsión, la duda o la ceguera. Sólo en el silencio se puede escuchar la palabra y la música, podemos escuchar y escucharnos… Si te atreves a vivirlo, o sientes esta necesidad, vente el sábado 16 de noviembre al centro Anayansy, en La Muela de Vejer, donde estaremos a tu servicio para que lo vivas.